Vergüenza ajena con los antitaurinos

02 / 10 / 2013 Por: Luis Castro
Nunca se han escuchado más y mayores sandeces que las que salen de las bocas de los antitaurinos. Se siente vergüenza ajena. No por su postura, válida y a la que tienen derecho, sino por sus afirmaciones.
Este miércoles se publicó en La Voz de Michoacán, el diario de mayor circulación en Morelia, ocupando las dos páginas centralesun artículo en el que, como siempre se hace, el redactor recoge puntos de vista tanto de taurinos como de antitaurinos. Lo de siempre.
Y lo de siempre, las incongruencias, irracionalidades, falsedades y sandeces con las que los antitaurinos, en supuestas argumentaciones, pretenden defender lo que defienden.
Con un ejemplo es suficiente. Porque da vergüenza ajena. El señor Sergio Ramírez, miembro del Comité Ciudadano por el Trato Ético para los animales dice que “los toros son torturados desde su nacimiento, donde se les obliga a luchar por su sobrevivencia; luego, los que demuestran mayor fuerza son vendidos a empresarios taurómacos”.
¡Qué barbaridad!… ¡Qué frescura para soltar tamaño mentirota!… ¡Qué imaginación waltdisneyesca para inventar historietas que en la vida real resultan imposibles! ¿Cómo puede caber tanta ignorancia en un solo cuerpo, en una sola persona? Ni idea, ni la más remota idea tienen estos llamados antitaurinos de la vida real del toro de lidia en el campo, ni de cómo es el negocio taurino, ni de su organización, ni de nada.
Señor Sergio Ramírez, ¿nos puede usted explicar de qué manera son torturados los toros desde su nacimiento? ¿Usted lo ha visto? Aunque ya sé que no lo ha visto porque esa afirmación es más falsa que un billete de 23 pesos, imposible ver lo que no sucede, muéstrenos señor Ramírez alguna fotografía, una nada más, no más, de cómo se tortura a la res desde su nacimiento.
Ahora señor Sergio Ramírez, insigne e ínclito miembro del Comité Ciudadano por el Trato Ético para los animales, ¿nos podría también explicar, por favor comparta sus inagotables conocimientos, cómo se le hace para probar la fortaleza de los toros para que aquellos que demuestren mayor fuerza sean vendidos a los empresarios? ¿Los ponen a arar la tierra y el que tire más fuerte ese es vendido? ¿les ponen un dinamómetro? ¿O cómo, por favor, explíquenos?
Las anteriores afirmaciones del señor Ramírez son un magnífico complemento a todas aquellas sandeces que circulan de boca en boca entre los antitaurinos, que ninguno de ellos lo ha visto porque nada de eso es cierto, pero que de oídas se las van heredando y creyendo, cosas como “que antes de salir al ruedo al toro le embarran grasa en los ojos para que sea menos peligroso”… “que a los toros se les tiene encerrados más de 24 horas antes de soltarlo al ruedo en un cuarto totalmente oscuro para que salga encandilado”… “que antes de salir al ruedo al toro lo cuelgan varias horas sujetado de sus cuernos para debilitarlo”… etcétera y 22272728834940004 etcéteras más.
¡Y todavía hay diputados, políticos y autoridades que se las creen y enternecidos van corriendo a formular leyes para prohibir el espectáculo taurino!…
¡Cuánta vergüenza ajena se siente!