Tirón a tirón por: Manolo Herrera. Lorenzo Garza «El Ave de las Tempestades»
&… ¡HACE TREINTA Y SIETE AÑOS SE FUE PARA SIEMPRE DON LORENZO GARZA “EL AVE DE LAS TEMPESTADES”, “EL MAGNIFICO”,”SISMO Y ESTATUA” Por: Manolo Herrera
Amigos aficionados al mundo mágico, misterioso y polémico de la fiesta brava, sean bienvenidos a su columna…De Tirón a Tirón…!!! El féretro lo bajaban poco a poco a la fosa aquel día miércoles 20 de septiembre de 1978, el pasado veinte de este mes septembrino se cumplieron 37 años de su partida.
La multitud congregada ese mediodía en el Panteón Francés de San Joaquín, allá en la ciudad de México, guardaba un impresionante silencio, aquel torero, su torero, se iba para siempre, los recuerdos imborrables de sus gestas toreras en los ruedos pasaban en ráfagas en las mentes de los ahí reunidos, no creían que “El Magnífico” se fuera al sitio del cual no se vuelve; sin embargo la realidad estaba presente puntual como la muerte ni un minuto más ni un minuto menos…
…Un día antes, para ser precisos a las ocho de la mañana del martes 19 de septiembre había fallecido aquel que en sus principios fue mocito de oficina frustrada estrella del ring, intentó ser marinero, bodeguero, albañil y también se metió a la fragua para más tarde convertirse en el “Ave de las Tempestades” de los ruedos, todo por la atrayente fama de Rodolfo Gaona y el encumbramiento como figura de Fermín Espinosa “Armillita”, eso le decidió para ser torero y…
…Esta es la historia –nos narra Luis Spota en una entrevista que le hizo en mayo de 1943- de un ambicioso: la historia de Lorenzo Garza, que se va de los toros en el apogeo de su gloria brava. Una cadena de asombrosas jornadas triunfales es lo último que el regiomontano deja para la posteridad taurina. Los artículos de esta serie fuero dictados por el diestro más discutido de la tauromaquia mexicana. Yo me limité, únicamente, a darles forma periodística. A lo largo de nuestras conversaciones descubrí en Lorenzo a un hombre distinto del que vemos en el ruedo, capaz de permitir que las lágrimas abrillanten sus ojos risueños cuando habla de su madre: de su infancia sin alegrías; de las hambres padecidas durante su vida de torerillo; de sus grandes fracasos. No quiero, con pluma torpe, hacer la semblanza del torero: que sea él, con sus palabras, quien lo haga. Los “Fragmentos de mi vida” serán valiosos documentos para el que escriba, más adelante, la biografía de Lorenzo el Magnífico.
-“…No pude contenerme y brinqué, brinqué a lo desconocido, al fracaso o a la gloria. Con la muletilla en la mano crucé el ruedo. ¡El toro estaba en los medios, imponente, bravísimo! ¡Nunca había visto uno tan grande! Resuelto a todo lo cité de cerca…la plaza, repleta de un público que se divertía con la pachanga de aficionados, quedó en silencio, me sentía solo, ante miles de ojos. Pero no sentía nada, únicamente una gran ansia de torear. Me crucé más con el toro ¡Y de pronto, la furiosa arrancada! ¡Lo vi venir parecía como si sus cuernos me apuntasen al corazón! No sé si cerré los ojos. No sé lo que hice, pero la plaza entera gritaba, aclamándome, y yo, un muchachito, a mitad del ruedo, hartábame de torear…
-“…Se me había quitado un poco el miedo; soy miedoso cuando tengo unos pitones enfrente Y, loco, ebrio, delirante con mi triunfo, entre aplausos que caían sonoros como un aguacero, seguía prodigando pases hasta el desfallecimiento, hasta que las piernas temblorosas sacudían todo mi cuerpo. Me miré la ropa: chorreaba sangre del toro…
-“…Le temía a los gendarmes, que son crueles con los torerillos que empiezan y que saltan, como yo, aquella tarde, del tendido, a enfrentase a un toro que puede pegarles la cornada. De reojo vi los uniformes en el callejón:
-“…Ya estuvo que me metieron al bote –pensé-, y mi mamá va a padecer por mi culpa!…
-“…A años de distancia intento reconstruir la escena que siguió al momento del vértigo. No puedo, ¡todo fue tan rápido, tan sorprendente! Me vi flotando sobre un mar de cabeza. Siempre había deseado, como lo desean los toreros, salir en hombros. Me pasearon por las calles de Monterrey, desde los balcones o en los zaguanes, contempló mi triunfo…
-“…Fui un niño pobre, que jugó en la calle con otros niños pobres y que, como ellos, no conoció la alegría de tener Navidad y Reyes. No conocí los juguetes, ni los dulces, ni los paseos. Desde chico empecé a sufrir, y a sufrir mucho. No quise seguir el ejemplo de uno de mis hermanos, ya profesionista, y abandoné mis estudios en el segundo año…
-“…Gusté de los pleitos con las pandillas rivales. ¡Cómo recuerdo también aquel suceso que conmovió a la familia cuando, por intentar apoderarme de una moneda, me rompí la nariz con la tapa de un viejo baúl! Y luego, mi temporada de monaguillo en la iglesia de Los Dolores, donde por las tardes, enseñaba catecismo…
-“…Ya mayor, mis sueños de grandeza. Algunas veces, cuando mis hermanos, que me creían por mal camino, pues no demostraba predilección por nada, me preguntaban qué pensaba ser, les respondía: ¡Algo muy grande, que me haga famoso!…
-“…Se burlaban de mí. Muchas veces, muerto ya mi padre, que era propietario de un sitio de coches de caballos, mi hermano mayor –ya jefe de familia-conversaba con mi madre sobre mí, por las noches: Es necesario hacer algo con este muchacho, ¡no quiere estudiar, no quiere trabajar!…-Decía él. Pero mi madre, toda bondad, todo amor, no sólo para mí, sino también para sus demás hijos, contestábale siempre:
-“… ¡Déjalo, es ambicioso! Conseguirá lo que quiera. ¡Déjalo!…
-“…Cayó en mis manos un periódico taurino. Se hablaba de Fulano, se decía que Zutano cobraría tano por una corrida; que Perengano sería una maravilla. Lo leí todo; hasta los anuncios…
-“…Nunca había pensado en ser torero. Ni siquiera sabía lo que era una corrida, ni tuve interés, como casi todos los chiquillos, de admirar a los matadores cuando llegan a la plaza. Me dio un brinco el corazón y me quedé largo rato con la mente vacía de pensamientos. Luego me sacudió un acceso de alegría: ¡Seré torero; un gran torero!…
-“…Todo un mes no pude dormir. La idea de que yo podía ser matador de toros agrandábase cada minuto dentro de mí. Fueron aquellos treinta días decisivos para mi vida. Deseaba dinero, mucho dinero. ¡Los toros lo dan fácilmente!…
-“…No tenía miedo a perder la vida; se tiene sólo cuando uno vuelve al toro después de la cornada. En la hacienda de Golondrinas había toros bravos y con ellos pasé mis primeras fatigas y sufrí mis primeras golpizas. Pero, ¿qué es un poquito de dolor para un chiquillo que sueña conquistar al mundo?
-“…Fui después a Villa de Santiago, de escapada, pues no había renunciado a mi empleo en el almacén. En unos corrales un empresario escogía toros para la próxima corrida. Me le acerqué:
-“…Busca toros buenos, señor?
-“…Sí, muchacho…
Le mostré algunos:
-“…Esos son bravos y embisten muy bien…
-“…Cómo lo sabes?…
-“… ¡Porque ya los he toreado!…
-“…Me ofreció incluirme en el cartel y acepté. ¡Cuánto sabría yo entonces de estas cosas! ¡Qué aporreada me dieron los marrajos! No cobré nada, pero les firmé otro contrato y al domingo siguiente gané mi primer dinero con los toros: ¡veinticinco pesos, más de lo que en un mes sacaba en la tienda, en dos horas de trabajo!…
-“…Así participé en varias capeas. Andaba yo siempre solo, pues los otros golfillos desdeñaban mi compañía. Trabajo me costaba explicar en mi casa la procedencia del dinero ganado jugando al toro…
-“…Y vino la corrida en que me lancé de espontaneo, corrida de aficionados. Esa fue la única vez que lo hice. Aparte de mi ambición, de mis deseos de ser figura, tenía un gran motivo sentimental: Cierta chiquilla de la que estaba enamorado, cuando aún no apuntaba el bozo…
-“… ¡Camino de la vida; duro camino de la vida! De sufrimientos conocía poco: De aquellos que me eran comunes en el hogar; los provocados por la tempestad de ambiciones que, súbitamente, había despertado muy hondo en mi pecho. Pero me faltaban los buenos, los que hacen llorar4 a los hombres más templados, los que muerden y arañan y cornean el corazón, dejando indelebles cicatrices…
-“…Con mi muletilla bajo el brazo y con unas ganas inmensas de ser alguien, entré a la vida; más bien le salí al encuentro porque ahora, a años de distancia, sé que la vida también me buscaba. Comencé a torear en algunas rancherías de Nuevo León, eso de torear es un decir, pues lo único que recibía en aquellas jornadas heroicas de desesperado valor suicida, fueron revolcones y varetazos…Hoy una plaza; mañana un ruedo improvisado con cajones; pasado mañana el corral de un rastro. ¡Y en tanto sufría hambres, sufría los rigores del frío y el calor, la angustia de la soledad! ¡Con mi muleta bajo el brazo!…
-“… Mi meta era México. ¡El Toreo, las mujeres, los amigos! Pero, ¡qué lejano me parecía el momento, que lejana la ocasión de realizar el deseo! ¿Por qué no ir? Por esos caminos de Dios, haciendo migas con otros miserables torerillos, con esos locos que se juegan el pellejo por un aplauso y por un trozo de pan, aprendí a aprovechare todo sin desperdiciar nada… ¡Los trenes de carga que suben al altiplano pueden llevarme a México…
-“…México me asombró primero y me victimó después. Sin conocidos, sin dinero, sin nadie a quien pedirle un favor, me hice el propósito de ganarme el pan mediante mi esfuerzo. Las cercanías del Palacio de Bellas Artes me parecieron propicias para trabajar. Con mi camisa limpiaba los automóviles ahí estacionados y luego, cuando sus dueños venían, obsequiábanme, a veces, unos centavos…Dormí como cualquier vagabundo, como cualquiera que ha sufrido lo que yo en los quicios, en las bancas de la Alameda, en las aceras de las calles, cubriéndome con los anuncios que arrancaba de las paredes…
-“…Un amigo mío, el coronel Garza, habló con Juan Aguirre, El Conejo, recomendándome, designaron a Samuel Solís apoderado mío y me dieron la fecha de mi debut: 3 de mayo de 1931. Mis alternantes Fueron Antonio Popoca y ´El Indio´, TOROS DE La Punta…Salí con traje prestado por Chencho Torres. ¡Y pegué! Me dieron cincuenta pesos…Repetí el siguiente domingo, cobrando setenta y cinco…La suerte me daba la cara…Triunfaba cada domingo, me hice ´novillero predilecto´…
-“…Exigí sueldos más altos, de acuerdo con la categoría que iba adquiriendo: ya entonces ganaba seiscientos pesos por tarde. Un buen día, como gratificación por mi campaña novilleril, la empresa me obsequió un pasaje a bordo del Colón, para ir a España. Esto sucedía el 10 de julio de 1931…Desembarqué con cien pesetas, y ufano de gozo, en Santander…
-“…Allí fue a verme Eduardo Pagés, quien me dijo:
-“… ¿Cuánto dinero traes?
-“…Traía cien pesetas…Las regalé de propinas…
-“… ¡Malo! Aquí deben gastar mucho en propaganda los desconocidos como tú…
-“… ¿Para qué necesito propaganda? Triunfaré sin ella…
-“…Me regaló Pagés una corrida y el 15 de agosto debutaba en Santander alternando con Luis Morales y Félix Rodríguez. Esa tarde le brindé un toro a la señora Concepción Corral Rivero, mexicana, y la monera volvió a mis manos con un centenario de oro dentro. Con éste y las mil setecientas cincuenta pesetas cobradas viví unas semanas…
-“… ¡De allí pa´l real!…
-“…Comenzó a irme bien, me llovían contratos y toreé muchas corridas, con gran éxito, durante la temporada…Pero me faltaba algo, no sabía yo qué era, pero sí que mi vida estaba incompleta, que dentro de ella existía un hueco por llenar…
-“…Abandoné, por aquel entonces, el hotel México donde había estado viviendo. Necesitaba un lugar más tranquilo, más familiarmente íntimo. Me recomendaron una pensión en la calle de Fuencarral. Allí voy. Me recibe una chica muy linda, muy graciosa. Me presento y le explico que deseo tomar una habitación. La joven, hija de la patrona, me enseña varias…La que más me gusta, lo confieso…es ella…Me dice su nombre: María Gris…Me aboné a la casa en definitiva…
-“…Al principio, durante los días que me quedaban entre novillada y novillada, sólo fue un discreto flirteo. A veces, por las noches, conversaba con ella. Poco a Poco –más tarde lo supe-fuimos enamorándonos, novios, posteriormente, y una noche, con la garganta anudada, le propuse que nos casáramos. Aceptó. Poco tiempo después, la joven era doña María Gris de Garza…
-“…Mis bonos subían y subían…Transcurrió un año y otro…Era ya agosto de 1933. La fecha del doctorado estaba próxima. Y el 6 de del mismo mes y año, en la misma plaza de Santander, recibí la alternativa de manos de Pepe Bienvenida…
-“…Ahora comenzaba lo duro, lo realmente difícil, permanecer arriba, porque el chiste no es llegar, sino quedarse en la primera línea para siempre…Con todo y la adversidad que me persiguió al principio, las cosas habían salido demasiado sencillo y fácil para que durase…
-“… ¡Y no duró! ¡Antes de lo que esperaba, el fracaso, el doloroso fracaso me clavó los dientes!
-“…. ¡Qué doloroso es el fracaso cuando apenas se gustan los primeros goces de la fama!…
-“… Multitud de circunstancias se conjugaron en mi contra: una racha de mala suerte, como la que me sopló en los dos últimos años, echó abajo todos mis proyectos, todos mis sueños de grandeza. Me enfermé y perdí facultades. Así como antes había ido rápidamente para arriba, así iba ahora: rápidamente para abajo…
-“… ¡Empecé de nuevo, después de renunciar a la alternativa! ¡Fui el novillero que volvía a arrimarse a los cuernos, a arrancar ovaciones clamorosas, a cortar orejas y salir a hombros! Recuerdo con mucho gusto las tardes memorables cuando en Madrid, alterné con Luis Castro El Soldado. Al principio éramos buenos amigos, y seguimos siéndolo ahora; como tales nos llevábamos bien, sin importarnos los triunfos del otro. Pero cierta vez, un banderillero me contó algo que Luis había dicho de mí. Y se hizo el lío, comenzó el ´pique´. No vaya a creerse que ese ´pique´ era simple recurso publicitario. ¡No! Algo, y gordo, existía entre él y yo, algo que debíamos dirimir en el ruedo…
-“…Luis se arrimaba como nadie; y yo también…; yo hacía algo, y él inmediatamente se jugaba la vida enmendándome la plana…Y el público de Madrid, loco, delirante, frenético. Éramos, paradójicamente la pareja ideal, pero pocas gentes sabían cuáles eran las causas que motivaban tan furiosa competencia…
-“…Cuando inicié mi segunda campaña novilleril me había hecho este propósito: ´triunfar, pase lo que pase, cueste lo que cueste´. Cada vez que salía en hombros, al menos, quedaba bien, hacíame el propósito de superarme en la próxima corrida…Pasaron los meses, ocupé nuevamente mi puesto de figura y me consideré apto ya para tomar mi otra alternativa…
-“…Por fin llegó el día. El 12 de septiembre de 1934, en la plaza de Aranjuez, Juan Belmonte me dio las borlas de doctor en tauromaquia…
-“…Regresé a México. No hicimos mucho al principio. Pero una tarde, el 7 de febrero de 1935, alternando con Alberto Balderas, tuve mi oportunidad máxima. El primero de los seis toros de San Mateo que habríamos de lidiar, prendió al Chato contra la barrera cuando hacía uno de sus quites inolvidables. Mientras banderilleaban los peones, me dijo: ´…Lorenzo, esta es tu oportunidad: si la aprovechas y le demuestras al público lo que vales, tienes asegurado el sitio para mucho tiempo; si no puedes, si te acobardas, mejor será que vayas pensando en dedicarte a otra cosa…
-“… ¡A jugármela!…
-“… Y me la jugué: salí en hombros después de cortar orejas y rabos hasta que me cansé: ESA TARDE NACIÓ EL GARCISMO…
-“…Mis triunfos están aún recientes para que hable de ellos: toreé y cobré como el que más. Mi nombre solo, lo dicen los empresarios y cronistas, llenaba las plazas. Así seguí hasta las temporadas 39-40 y 41 y 42…
-“… ¿Mis cosas? ¿Mis trajes y capotes y estoques?
-“… Para ellos, que sabrán honrar la ropa de seda, oro y luces…
-“…Quiero vivir tranquilo, sin sobresaltos, sin los insomnios que anteceden a la corrida, cuando se piensa, por valiente que uno sea, si volverá a casa al día siguiente, entero, sin cornadas…con vida.
-“…De los toros me queda el recuerdo, el sabor del triunfo y el eco de los aplausos. ¡Magnífico ´haber ´en la cuenta de un hombre!
-Adiós Lorenzo El Magnífico, que te dijera Baltazar Izaguirre Rojo- “Lance del desdén”.
Vaya que se convirtió en figurón del toreo don Lorenzo Garza, el cual cuando salía vestido de seda y oro a las plazas siempre tenía en mente llevarse toda la gloria o irse a las mazmorras de la cárcel, en él no cabían las medias tintas, no había medianías, pero también armó tremendas broncas como aquella del 19 de enero de 1947, toreaba con “Manolete” y Arturo Álvarez “Vizcaíno”. Esa tarde no se había confiado con un toro y lo mató de mala y fea manera, la plaza estaba convertida en un hervidero de pasiones, un aficionado iracundo llenó de insultos y al mismo tiempo le lanzó una almohadilla en plena cara, aquello enfureció al arrogante e impetuoso Lorenzo Garza. Lorenzo le quería meter la espada a aquel sujeto, lo enviaron a la cárcel del Carmen por tres días, para Garza eso ya no era nuevo, el mismo tiempo QUÉ PERMANECIÓ LA GENTE ESPERANDO SALIERA SU TORERO, los titulares de todos los diarios hablaban de esa bronca fenomenal. Después de pagar diez mil pesos de multa salió por fin “El Ave de las Tempestades” en hombros de los fieles garcistas…
…Pasado el tiempo Lorenzo Garza comentó: “… ¿Tú crees que yo iba a dejar QUE MANOLETE SE LLEVARA TODA LA GLORIA POR SU TRIUNFO?, NO, ¡PRIMERO LA CÁRCEL!…
…Así era aquel torero. Ese gran señor de los ruedos, de frente, perfil y espalda, tenía una responsabilidad inimitable y un olor penetrante a torero…
…Ese era don Lorenzo Garza, el artífice del pase natural, pero el del pase natural de verdad no el dado con el pico de la muleta y sin adelantar la pierna de salida, al contrario, citaba a los toros con la muleta muy cuadrada, la espada cruzada por la espalda y al dar el natural lo hacía cargando la suerte, tal como debe de ser. “El Ave de las Tempestades”, el amo del pase natural, Genio y Carácter; Sismo y Estatua; el de los grandes triunfos y fracasos memorables nació en Monterrey el 10 de noviembre de 1908…
…En la segunda alternativa que fue el 5 de septiembre de ese mismo 1934 en Aranjuez, nada menos que de manos del Trianero Juan Belmonte y Marcial Lalanda, de testigo, los toros fueron de Ángel Sánchez. Sucedió lo siguiente, ello cuando estaban en puerta de cuadrillas, Belmonte le dijo: “…HOMBRE, ESTÁ USTÉ COMO PA´ UNA PRIMERA COMUNIÓN…”, Lorenzo Garza le respondió: “…SÍ Y PA´ QUE ME LA DE EL MEJOR ARZOBISPO DE ESPAÑA…”…
…El doctorado que le otorgó Belmonte lo confirmó en el Toreo de la Condesa, era el 25 de noviembre de 1934, lo confirmó con el toro llamado “Tabaquero” de Zotoluca, esa tarde alternó con su padrino Jesús Solórzano y Antonio García “Maravilla”…
…El 3 de febrero de 1935 se consagra Lorenzo Garza al matar seis toros de San Mateo, era mano a mano con Alberto Balderas “El Torero de México” quien resultó cornado, quedándose Garza con los seis sanmateinos. Mata a “Madroño” (éste toro hirió a Balderas), “Trianero”, “Barbero” y “Rumboso” con estos cuatro toros tuvo petición de oreja, a los dos últimos “Gitanillo” y “Saladito” les cortó el rabo, además dio ¡18 vueltas al ruedo! Garza y don Antonio Llaguno salieron a hombros…
…En ese año de 1935 va a España y torea 43 corridas. En 1936 tenía firmadas 70 corridas, solo pudo torear una, el boicot en contra de los toreros mexicanos lo impidió. En 1937 un toro de San Mateo le dio una grave cornada en Monterrey, vendrían tres más. El 21 de marzo de 1943 se despide de los toros, fue en la Condesa. En 1945 reaparece en Orizaba, Veracruz. Ese mismo año vuelve a España toreando seis corridas sumando una cornada en Barcelona, a consecuencia de esa cornada se retira de los toros. Regresa a los ruedos el 10 de noviembre de 1946 en ciudad Juárez, LLAMA LA ATENCIÓN SUS ENFRENTAMIENTOS CON MANOLETE Y SÓLO SE CONTRATA CUANDO LE PAGAN IGUAL QUE AL CORDOBÉS…
…En 1949 después de torear en Palmira, Colombia, anuncia otra vez su retirada. Reaparece el 20 de abril de 1958 en ciudad Juárez. En 1961 un toro de San José Buenavista le pega una cornada en Mazatlán. Reaparece hasta noviembre de 1964 en Irapuato. El 7 de noviembre de 1965 le da la alternativa a Manolo Martínez. El 20 de febrero se despide definitivamente cuando tenía 58 años de edad, alterna con Raúl Contreras “Finito” y el español Paco Pallares, en esta tarde le corta el rabo a “Joyero” de José Julián LLaguno, ello después de una faena garcista donde se dieron cita el valor, la entrega y el arte.
Ese fue Lorenzo Garza “El Magnífico”, ese miércoles 20 de septiembre de 1978 el pase natural se vistió de luto, había muerto su máximo exponente el cual seguía levantando tempestades pues dos afamados escultores: Humberto Peraza y Raymundo Cobo, disputaron celosamente por realizar la mascarilla que después fundirían en bronce de aquel que cortó un rabo en Madrid, de los pocos que se han concedido. Ese fue y sigue siendo Don Lorenzo Garza “El Ave de las Tempestades”.