El comentario de Miriam Cardona. Foto por Oscar Mir.
Sobre Roberto Román sólo resta desear que la conmoción sufrida después de la aparatosa voltereta frente al que cerró plaza, no traiga consecuencias lamentables más adelante. Se enfrentó en el saludo capotero a un novillo de irreprochable presencia y con el trapío que debe exigir la autoridad en todos los novillos que se lidien en la Plaza México. En comportamiento bronco y áspero al que había que lidiarlo sin mayores florituras y siempre imponiéndose, no fue así ya que con la muleta Román una vez más mostró su verdor y al mismo tiempo valor irracional que siempre le provoca estar a merced de los astados. Un joven que tiene sobrado impetú pero al que le cuesta un mundo encauzar con cabeza y reposo esas ansias de novillero. Yo cada que me toca verlo en una plaza de toros lo padezco porque siempre lo veo volando por los aires y tampoco se trata de eso.
Querer ser torero implica desarrollar mayores virtudes y no sólo ponerse delante dejando que el novillo te pegue cada tarde una paliza. No es justo para el novillero ni para su ilusión por el toreo. Quien lleve la carrera de Román, centrenlo por favor porque su toreo cuando lo manifiesta con cabeza trasciende, cuando no…lo padece y nos lo hace padecer.
Tiene una fecha más en la Plaza México y ahora sí espero ver a un novillero más asentado y menos atropellado porque a golpes, ganarán siempre los toros eh. Simple razonamiento lógico