Puruándiro: festival de la esperanza y el entusiasmo
Luis Castro.
Foto: Marco Antonio Tovar Córdova.
Así fue el festival taurino de este domingo en Puruándiro, Michoacán, en el que cinco chamacos que ninguno rebasa los 16 años, unos un poco más toreados que otros, derrocharon entusiasmo a veces hasta el desbocamiento en ese afán por lograr pases que en su conjunto construyeran una faena.
Mostraron tener los cinco esas dos cualidades primarias e indispensables en cualquiera que pretenda ser torero: valor y afición. Claro, se necesitan otras cualidades para llegar a ser, pero sin las dos mencionadas no hay nada qué hacer ni qué esperar. Estos chamacos tienen mucha afición y valor, por eso ha sido el festival de la esperanza.
No confundir, una cosa es que para ser torero lo primero necesario es la afición y el valor y otra cosa muy distinta es que no significa que el que tenga esos dos atributos habrá de ser.
Y además cinco personalidades diferentes, cinco formas de interpretar su toreo distintas.
Se lidiaron ala usanza portuguesa, es decir sin banderillear y sin estoquear, una becerra y cuatro erales que se dejaron torear bien a excepción del cuarto que fue extremadamente complicado. Las orejas otorgadas fueron simbólicas.
No se puede hacer una reseña rigurosa de cada faena porque son principiantes, acaso mencionar aspectos sobresalientes.
Alicho Pérez “El Príncipe”, de 10 años de edad, lidió una becerra y ha sido muy llamativo que a esa edad haya realizado su labor con idea de una faena estructurada, porque a esa edad los niños lo que hacen es pegar cualquier pase a cada embestida y este Alicho no, intentaba armar sus tandas y rematarlas.
Además fue llamativo que siempre al colocarse para el siguiente pase ya tenía su muleta bien armada afuera del cuerpo, en donde se debe poner. Una oreja.
Virgilio Murillo recibió con dos largas de rodillas en el tercio, quite por gaoneras con quietud. Un péndulo para iniciar de muleta y ante un eral débil que doblaba las manitas con frecuencia, le sacó el provecho que tenía. Una oreja.
Antonio Magaña tiene la facilidad de conectar con el público y hasta este momento del festejo fue el que más fuertes ovaciones escuchó y más alborotó a la raza. Como es su característica, ese sobrado entusiasmo que tiene parece ganarle en una aparente ansiedad por ya pegar el muletazo que sigue. La gente estuvo con él todo el tiempo y le premiaron con dos orejas.
A Isaac Fonseca, el más avanzado de los cinco, le tocó un eral sumamente complicado, rayando en lo imposible de torear. Embestía de largo, pero se quedaba corto regresando como látigo a buscar el cuerpo y de allí no se desprendía embistiendo a su presa por varios metros. Difícil írsele de un pase al otro.
Recibió en el centro del ruedo de rodillas con tres largas cambiadas, chicuelinas y una maroma cuando el eral ya comenzaba a dar muestras de su mal comportamiento. Gran quite por Saltilleras con quietud. Con la muleta se fue al centro para aprovechar esa embestida de largo y se lo cambió por la espalda en un péndulo. Y después vinieron puras complicaciones con ese animal de imposibles embestidas. Pero Fonseca nunca bajó la mirada al piso en señal de derrota, no hubo desmayo ante la adversidad. por lo que lo premiaron con dos orejas.
Y cerró Tato Loaiza también yéndose al centro a recibir con tres largas cambiadas. Todo lo que hizo con el capote le salió como si lo hubiera ejecutado con partitura en mano. Un manguerazo de Villalta impecable y las zapopinas también le salieron sin mácula.
Y se fue a dar un arrimón con la muleta. Inicio de rodillas y en esa posición hasta una arrucina le pegó. En tanto afán por hacer el toreo a cualquier costo se llevó varias maromas. Dos orejas.
La entrada fue muy buena y la gente salió muy satisfecha, lo que ya es suficiente.
Pero este chorejas chalao que puede opinar???? Eres un payaso sin conocimientos ni experiencia para emitir opinión de lo que pasa en un ruedo!!
A otra cosa mi chore!!!