¿Por qué al respetable que asiste a las Plazas de Toros no les gusta que se pique a los toros/novillos?
Por Luz Loaiza
Es común que cuando sale el Picador al ruedo y se dispone a ejercer su labor, el público exija que el castigo al toro o novillo sea casi nulo, lo cual se torna en ocasiones incómodo tanto para el Picador, como para el resto de los aficionados.
Al momento en que el toro/novillo acude al caballo, se puede observar que la puya ni siquiera ha entrado en su totalidad o al Picador se le dificulta acertar en el lugar preciso donde debe entrar la puya o que por su bravura de origen sigue peleando al caballo, cuando ya le están gritando o pitando, sin tomar en cuenta lo trascendental que es esta actividad para garantizar las buenas condiciones del toro y con este se esté en condiciones de realizar una buena lidia.
No debemos olvidar de que el Picador también es un torero muy especial y que de su función depende que el toro/novillo tenga un buen desarrollo, pues por la bravura que el astado por naturaleza posee, desarrolla mucho estrés y su corriente sanguíneo se acelera a tal manera que puede llegar a sufrir un infarto cardiaco, por eso es que al sangrar, lo desahoga y queda listo entonces para ser lidiado.
La mayoría de las veces, al ser picados, se le corrigen algunos defectos, como el que los movimientos de su cabeza, que al quedar aormada tras la correcta vara, acudirá al engaño con más fijeza y su embestida será más limpia.
Se entiende entonces, que estos Profesionales del Toreo, están dotados de conocimientos suficientes y profesionalismo, para saber hasta cuándo será suficiente con la vara que den.
Es claro que como en todo, habrá sus excepciones, sin embargo creemos que es importante que se conozcan las razones y motivos de la existencia del Tercio de Varas.