Palacio del Arte: Zotoluco y el arte de saber leerles su lidia a los toros (Video)
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Luis Castro
De este domingo 16 de septiembre en el Palacio del Arte se puede sintetizar la corrida ¿de toros? en la afirmación «El arte de saber leerles su lidia a los toros» que corrió por cuenta de Eulalio López «El Zotoluco».
Fue en el cuarto de la tarde. Estaba lejos de ser un toro, pero llamémosle así. Ya desde el capote se quedó corto al sentir que algo estaba allí atrás y allí se revolvió, obligando al Zotoluco a rematar pronto. Luego con la muleta, al tercer derechazo le volvió por las pantorrillas y lo andaba metiendo en apuros. El torero le dio distancia, se alejó. Los impacientes le comenzaron a gritar y él comedidamente les pidió tantita calma, parecía decirles «espérenme tantito que ya me di cuenta de cómo está este toro». La música comenzó a tocar y les pidió silencio. También parecía mandarles el mensaje de que «lo que voy a hacer es cosa seria, no de pachanga, la música déjensela para el que sigue». Y se la dejaron.
Había leído perfectamente El Zotoluco la lidia de ese astado y comenzó a dársela. Entendió que había que darle espacio entre pase y pase, no dejarlo voltear en corto porque sentía las piernas del torero y sobre ellas iba. Y así, dejando un buen espacio al colocarse para el siguiente pase fue cuajando su faena. Alguna vez que lo dejó otra vez revolverse en corto lo apremió nuevamente. Obra seria, de maestro que culminó con estocada para dos orejas. El único «pero»: que no era un toro.
Al que abrió plaza lo recibió con verónicas muy suaves. Bravo fue el toro con el caballo que no quería salir de allí hasta quedarse dormido en el peto un rato. Siguió una faena aseada alternando tandas, una y una, por la derecha, por la izquierda, por la derecha, hasta cinco. Faena aseada, pero no consumada, faena de quien domina totalmente el oficio, pero que le faltó ese punto de entusiasmo para romper porque la res dejaba estar, iba claro al engaño, no se revolvía pronto ni buscando al torero, pero salía cabeza arriba. Pinchazo y tres cuartos de acero.
Arturo Macías «El Cejas» intentó recibir de rodillas y acabó pegando un capotazo ni de rodillas ni de pie. Pero al segundo viaje sí consumó la larga cambiada. Verónicas ligadas rematadas con una media soltando la punta cuando el toro regresaba para volverlo a recibir y ligarle la Brionesa. Dos chicuelinas ceñidísimas que parecieron contradecir aquella ley de la Física que sostiene que dos cuerpos no pueden ocupar simultáneamente el mismo espacio. Toro escalofriantemente soso que se desplazaba lo suficiente para llegar a la muleta, pero de allí daba ya nada más un paso y se paraba viendo al tendido o a la lejanía. Estocada y oreja por una faena sin pases.
Al quinto le dio verónicas de esas encarreraditas alternadas con chicuelinas. Buena condición del de Puerta Grande que parecía pararse a media suerte, pero dejándole la muleta agarraba un segundo aire en su embestida sin haberse detenido. Bien lo toreó el de Aguascalientes. Por la izquierda, desacompasado. Y hacia el final pidió a los sinfónicos La Pelea de Gallos y a base de rodillazos entusiasmó con fuerza a la concurrencia que le jaleó la faena que creyó estar viendo, pero que nunca vio, por la algarabía de la música. Cuatro pinchazos y estocada. Salida al tercio a agradecer.
El tercero fue para Jorge Sotelo. Toro de salida muy áspera en cada muletazo. Pases y pases sin someter y faena sin autoridad para matar con media estocada. División de opiniones.
Y el sexto fue un animalito sin la mínima presencia para una corrida de toros. Insignificante y romo. Fórmula mágica para que la gente siga sin convencerse de asistir a la plaza. Narrar lo que le haya hecho quien sea que ostente un título de matador de toros es entrar en complicidad. ¿A qué sabe una torta sin bolillo? ¿Y un taco sin tortilla? ¿Y una quesadilla sin queso? ¿Y una limonada sin limón? Pues a lo mismo que sabe una faena de un matador de toros sin toro.
Se lidiaron astados de Puerta Grande de pobre presencia.
Zotoluco: el arte de saber leerles su lidia a los toros.
Pésimo encierro, ni el Juez, ni la empresa ni los matadores tienen derecho de hacerle esto a la aficion! una autentica Vergüenza que se acepte eso como una corrida de toros y la verdad que da miedo ir a la taquilla de la monumental sabiendo q se anuncia la misma «ganaderia» , la única esperanza es q ayer se haya lidiado el desecho y que para la monumental se presente un encierro DIGNO!
ES UNA LASTIMA LO QUE PASA CON EL PALACIO DEL ARTE QUE PRESENTE ESTA NOVILLADOTA COMO CORRIDA Y PEOR AUN QUE LOS «MATADORES» SE PRESTEN A ESTA FARSA Y QUE NO SE DEN SU SITIO Y DENIGREN SU PROFESION DE TAN TRISTE MANERA EL «NOVILLERO» SOTELO DEBERIA ENTENDER QUE NO SE PUEDE SER JUEZ Y PARTE ES DECIR EMPRESA Y TORERO Y EL SOLO PONERCE SANCADILLA TOREANDO ESTA NOVILLADA,LASTIMA QUE LA MISMA GENTE DEL TORO ESTE MATANDO LA FIESTA.
Vergüenza