Morante de la Puebla en el Domo
Morante de la Puebla en el Domo

Por: Manolo Herrera | Video: Diego Estrada

Domingo 22 de febrero de 2013, fecha en que se conmemora “La Silla de San Pedro”, ahora que está de moda Roma, a raíz de la renuncia del Papa actual, el cual a dos días más se irá del papado, bueno, nos dice la historia que la táctica del imperio de Jesucristo fe funda sobre las capitales paganas las capitales del cristianismo, porque estaba en los designios de Dios que los romanos, al conquistar el mundo abrieran el camino a las conquistas del Evangelio.

En el año cuatro, después de la ascensión del Señor,  Pedro el Apóstol había salido de Jerusalén con rumbo a Antioquia la Grande, donde predicó la palabra de Dios se hizo cago él mismo de la diócesis y se sentó en la silla de esta iglesia. La expresión de “Antioquia la Grande” es muy justa, porque esta metrópoli de Siria fue la tercera ciudad del universo rivalizando en esplendor con Alejandría y con Roma misma. Cicerón nos dice que era el centro intelectual del Oriente, y que el brillo de las ciencias y las letras, de las cuales se había convertido en santuario, estaba a la par con la magnificencia de sus palacios, de sus templos, de sus circos y de sus bazares, donde se amontonaban todas las riquezas de Asia.

San Pedro fue el primer obispo de Antioquía estableciendo ahí la silla pontifical, después de haber ejercido su primado en Jerusalén y antes de poner la santa sede en Roma.  Aquí  fue donde los discípulos de Nuestro Señor Jesucristo llamados entonces “los nazarenos”, adoptaron el nombre de cristianos. Fue de Antioquía de donde el mundo cristiano emprendió el vuelo para la conquista del mundo.

En esta forma quiso tratar bien Dios a Antioquía. Desde mucho antes estuvo aquí el apóstol a quien había confiado el gobierno el mundo entero…de tal suerte que podemos decir que nuestra ciudad es la única en su género en el universo.

El día de aniversario de la entronización episcopal del jefe de los apóstoles en la sede de Antioquía ha sido siempre festejado por la iglesia en un calendario hecho por el año 354, durante el Papa Liberio, se pone esta solemnidad en el 22 de febrero. Tres homilías pronunciadas por San León el Grande, con motivo de esta festividad, prueban que antes se le celebraba con una concurrencia y pompa extraordinaria.

Pues la anterior festividad nada tiene que ver con la tauromaquia, sin embargo el viernes 22 de febrero de este ya encarrilado 2013, fecha no catalogada dentro del calendario taurino tradicional, más el par de empresarios del Domo: Ávila y Algara  se echaron a cuestas el organizar esta corrida de toros –la primera en la frente que abarcaran otros festejos en un periodo de cinco años-, con un cartel muy interesante: Morante de la Puebla, Alejandro Talavante, Octavio García “El Payo” y Diego Silveti, quienes se encargaron de lidiar una corrida dispareja de Mimiahuapam, de cuyos toros, que cumplieron con los caballos de pica, nos gustaron los lidiados en cuarto –arrastre lento- , bueno y quinto de la noche, pasaron desapercibidos el primero, igualmente el reserva que sustituyó al abridor de plaza; el segundo y sexto fueron los lunares del encierro; el tercero y séptimo, deslucidos, sin clase ninguna , el mérito fue del torero que les arrancó muletazos que no traían en la barriga y el octavo simplemente “cantó la gallina”, terminó rajándose.

Acerca de esta corrida les comentaré brevemente lo sucedido tal como vi y observé este festejo febrereño en el Domo:

Para abrir boca les diré que ante una entrada regular, no obstante lo publicitado de este festejo, una vez más nos dimos cuenta la falta de arrastre de los formidables alternantes que “o no se venden” mercadotécnicamente o simplemente no llevan las grandes multitudes a los cosos taurinos, sí, son figuras del toreo muy importantes, pero ahora las figuras no llenan las plazas y cobran como tales, antaño las figuras al unísono de su nombre retacaban, no importando el día de la semana, los aficionados empeñaban hasta la plancha los cosos taurinos y ahí estaban poblando los tendidos con tal de ver a esas figuras de arrastre, lamentablemente ese no fue el caso del viernes pasado nocturnal en el Domo.

Mención aparte fue la actuación de la sensacional banda sinfónica de la ciudad de Zacatecas, dirigida magistralmente por el profesor Salvador García.

Ahora sí, vamos al toro:

Morante de la Puebla, de negro y plata, con esa su figura actual robusta, asemejándose ya a los grandes maestros, también igual de robustos, como Bienvenida y Ordoñez, le dio las buenas noches al primero de la serie que llevó por nombre “Grandioso”, número 112 y 520 kilogramos, cárdeno, bragado, listón, facado, y que se fue inédito a los corrales por su manifiesta debilidad, ello debido a que en el momento de darle unos  capotazos de recibo el de Mimiahuapam humilló de más, tanto que metió los cuernos en la arena con tal fuerza que ahí se destroncó, además súmele que todavía le picaron, quedó tan sin  fuerza que así optó por echarlo a los corrales.

Lo sustituyó el 1er. Reserva, que llevó por nombre “Orquestador”, número 131 y 490 kilogramos de peso, toro negro bragado y paliabierto de cuerna, pero… para que me alargo con este toro deslucido que pronto se lo quitó de encima Morante de la Puebla, más vendría el quinto de la noche, dicen que no hay quinto malo, así fue, ya que este cárdeno claro, brocho de cuerna, bautizado por don Alberto Bailleres allá en la ex hacienda de Begoña, asentada en el municipio de Dr. Mora, Guanajuato, como “Amor de Dos”, fue un toro muy bueno, noble, con recorrido y calidad, y señores el sevillano de Puebla del Río, allá en Sevilla, sitio donde moran los duendes, duendes que hicieron un viaje relámpago el viernes pasado para estar presentes en el Domo.

Con ello bastó para que brotara el arte de Morante, al cuajar a mejor faena que ha realizado en México, bueno la de México no lo llenó tanto como ésta, ya que los derechazos y naturales tuvieron el aroma de ese toreo añejo, con solera, magia, muletazos rematados con cambiados de mano de frente para luego dar ese su muy personal pase de pecho dado con todo el tufo de las alegrías sevillanas, ¡vaya faena de esta enorme figura del toreo!, que como colofón vinieron esos pases de trinchera, el de la firma y venga ese soberbio pase de pecho, faena que se va a recordar mucho tiempo. A este cárdeno claro le mató de un espadazo en buen sitio.

Cuando culminó su fenomenal conferencia de lidiar reses bravas con ese arte que atesora el sevillano Morante de la Puebla, un aficionado me preguntó que le daría como trofeos por tan bella obra, sin dudar le dije que las orejas y el rabo, en ese momento el juez de plaza del Domo le otorgó una oreja a Morante, mezquino trofeo para una hermosa faena, la autoridad le birló la otra peluda, con ello privó al sevillano de haber salido a hombros. No puede suceder esto, jamás se les debe quitar méritos a los toreros y sí premiarlos con  justeza, más a este trasteo maravilloso realizado por Morante. La autoridad fue injusta con el sevillano.

Alejandro Talavante, flamante triunfador de México, simplemente no tuvo suerte en el sorteo, ya que el segundo de la noche, de nombre “Superdotado”, número 147 y 509 kilogramos, toro cárdeno, delantero de cuerna, toro deslucido que pronto desarrollo sentido y se quedaba corto en la embestida, se lo quitó de encima, un estoconazo contrario y media ración de acero, igual sucedió con el sexto, tampoco e funcionó, toro difícil, se quedaba corto y le buscaba las pantorrillas al torero, mató a éste de nombre “Indestructible”, número 151 y 480 kilogramos, de un espadazo trasero, abucheos para Talavante, que ni fú ni fá en el Domo.

Octavio García “El Payo”, de turquesa y oro, el queretano se llevó en el sorteo a “Prodigioso”, número 30 y 522 kilogramos, negro entrepelado y delantero de cuerna, nada le vimos con la capichuela a este torero, ya que el toro se quedaba corto y daba muestras que desarrollaría  sonido, así fue, este toro de nombre “Prodigioso”, número 30 y 522 kilogramos que al momento de que fuera picado desmontó al piquero y caído el jamelgo se ensañó con éste con codicia.

En el último tercio, con un toro que tenía mucho que toreársele, “El Payo” tuvo una gran virtud: aguantar a pie firme las embestidas nada fáciles ante el difícil “Prodigioso”, al que le hizo una faena riñonuda, valiente sin aspavientos, torerísima, sin trampa alguna, olvidándose de los adornos consabidos y rutinarios, simplemente se dio a torear haciendo muy bien las cosas que bien hubiera sido premiada por lo menos por una oreja pero el espadazo entero fue ligeramente caído. Al tercio “El Payo”.

Con  el 7º., de nombre “Iluminado”, número 145 y 511 kilogramos, berrendo en cárdeno, delantero de cuerna, tocado del pitón derecho, otro toro difícil y otra lección de torerísimo de Octavio García “El Payo”, torero que va a la alza, que pisa con firmeza, y a los acordes del bello pasodoble dedicado al pintor zacatecano Don Alfonso López Monreal, cuajó otra bella pieza torera, quizá no muy lucidora para algunos espectadores, porque lo realizado por el queretano fue una lección de técnica, de escuela, eso se puso de manifiesto cuando se colocó en la distancia justa, aguantó aquellas embestidas de un toro bravo con aguzado sentido que volvía en dos manos, a ello se impuso el de Santiago Querétaro, todo el mérito fue de Octavio al realizar este importante trasteo.

Mató de un espadazo entero en buen sitio. Se le otorgó una oreja.

Diego Silveti. De vino y oro vistió Diego en su reaparición en el Domo, para él fue el 4º. de la noche se llamó “Par de Ases”, número 134 y 505 kilogramos, negro entrepelado y delantero de cuerna. Diego ha estado muy bien, con esa su fresca personalidad, su sentimiento al momento de interpretar el toreo ha cuajado una faena en ese corte iniciando su faena con pases por alto y luego vinieron aquellos derechazos largos y templados cada muletazo que daba iba impregnado de sentimiento, un sentimiento muy interior, que al exteriorizarlos los transmitía a los aficionados, una faena derechista que coronó con un espadazo entero ligeramente trasero. Se le otorgaron dos orejas.

Con el octavo –y noveno que salía al ruedo-, de nombre “Leyenda”, número 130 y 500 kilogramos, toro castaño que pensamos iba a llegar al último tercio embistiendo muy bien a la muleta de Diego que le iba haciendo la faena pero…”canto la  gallina”, se rajó  el toro, que se escupía después de cada muletazo. Muy voluntarioso estuvo Diego, que mató al castaño de un pinchazo y un espadazo entero en buen sitio, le otorgaron una oreja, con tres orejas ganadas esa noche se convirtió en absoluto triunfador, salió merecidamente a hombros del Domo.

Así observé la corrida del 22 de febrero en el DOMO.       

Video: Diego Estrada | Música: Vicente Amigo – Tema: Tangos del Arco Bajo