Luis Castro.

Hay cosas de y en el toreo que yo no entiendo. Nunca he entendido. Ésta es una de ellas: las exigencias para la colocación de la estocada.

Parece existir escrito, no sé dónde, algún código, más tradicional que racional, que deben saber y hacer cumplir todos aquellos que aspiren a llevar la etiqueta de «soy taurino». Código escrito sin escritura. Pero que se va heredando de generación en generación. De ese «código del taurino» se aprende que la colocación de la espada debe cumplir estos cuatro requisitos:

1. Debe estar colocada exactamente arriba del toro, es decir en el mero centro del eje transversal marcado por su columna vertebral (respecto de una vista superior), ni un milímetro más a la derecha que de la izquierda o viceversa.

2. Debe estar colocada ni un milímetro atrás ni un milímetro adelante del plano vertical del toro (respecto de una vista lateral) que coincide con el inicio de sus patas delanteras.

3. Debe tener una inclinación (respecto también de una vista lateral), ni un grado más ni un grado menos, tal que apunte hacia el balano (extremo del pene) de la res;

4. y con una trayectoria (respecto de una vista superior) que no se desvíe de la simetría del animal marcada por su columna vertebral, es decir, que la punta de la espada no apunte hacia algún costado.

Estocada que no cumpla con todos estos requisitos, según el «código del taurino», debe ser calificada como «defectuosa». Entonces los vanagloriados de sentirse «taurinos» a cada estocada le buscan defectos, algo que no cumpla rigurosamente con las condiciones citadas en el párrafo anterior.

Si no cumple con el primer requisito la estocada está caída (hacia el costado de la res por donde salió el torero) o está contraria (hacia el otro costado).

Si no cumple con el segundo requisito la estocada está delantera o está trasera.

Si no cumple con el tercer requisito la estocada está perpendicular (con tendencia a la vertical) o está tendida (con tendencia a la horizontal).

Y si no cumple con el cuarto requisito la estocada está tendenciosa.

La sanción al torero que con su estocada violó uno o más de los cuatro requisitos antes mencionados que debe imponer el llamado «conocedor» es hacerle una rebaja a la premiación que ya tenía ganada con su faena.

Aquí es donde comienzo a no entender, porque de lo anterior algunas cosas quizás tengan justificación, pero a otras no se la hallo. Lo que yo entiendo es que la exigencia debe ir encaminada a evitar que el torero mate a mansalva, lo cual se consigue con tres posibles ventajas para el estoqueador: una, yéndose, es decir, buscando su salida exageradamente por el costado derecho del toro, retirándose mucho por ese costado, lo cual, de manera inevitable, hará que la estocada sea tendenciosa o/y caída; dos, que mientras más caída quede la espada (más hacia el costado de la salida del torero) más facilidades se habrá tomado el diestro para hundir el acero; y tres, con una colocación delantera porque allí el torero tiene que aproximarse menos a la cabeza del astado. Obvio.

Lo demás no lo entiendo. Para empezar es imposible cumplir rigurosamente con el primero y cuarto requisitos simultáneamente porque el esqueleto del toro no lo permite. Si la estocada entra «en todo lo alto» necesariamente debe tener cierta tendencia hacia alguno de los costados para poder librar la columna vertebral, gracias al espacio que hay entre la parte superior del morrillo y la misma columna debido a las llamadas agujas. O bien, la estocada debe estar situada ligeramente hacia uno de los costados, un poco caída, para poder librar la columna vertebral sin tener un trayecto tendencioso. Con esa colocación no puede considerarse «caída» por estar empleando el espacio mínimo necesario para no encontrarse con la columna vertebral. Pero esos de puro en la boca y voz ronca de inmediato la señalan «está ligeramente caída».

Por otra parte, por elemental sentido común, mientras más delantera sea una estocada menos acercamiento a las puntas de los pitones se requiere en el instante de sepultarla toda; en cambio, mientras más trasera sea, más acercamiento se tiene. ¿Por qué entonces se reprueba la trasera si no hay ninguna ventaja? ¿Y por qué se reprueba la estocada tendida si con ella no se concede tampoco ventajas el matador? El pecado, si acaso, puede estar en que el toro no doble pronto y ya.

Recientemente satanizaron a Manolo Mejía, el mejor estoqueador que hay actualmente en la república, porque dejó una estocada trasera en la Plaza México. Y sin embargo el toro dobló de inmediato. ¿La estocada no es para matar pronto al toro, siempre y cuando no sea a mansalva? Y en la misma corrida también lo hicieron con «El Cid» porque dejó una estocada trasera y tendida. Dijeron hasta el cansancio que se trataba de una estocada «sumamente defectuosa». Y también el toro dobló de inmediato.

Las estocadas realmente caídas y/o delanteras son las que pueden considerarse a mansalva, como son el bajonazo, la pescuecera, el golletazo, la ostensiblemente caída que no llega a bajonazo y la tendenciosa que asoma la punta por el costado. Éstas por lo mismo son reprobables. ¿por qué hay que reprobar las otras?