Inconmensurable festival
Por: Ernesto Hernández Doblas

Como comenzar a describir lo vivido en el cerrojazo de temporada en el palacio del arte, los minutos frente al teclado de la computadora fueron insuficientes para poder encontrar como iniciar a relatar el manantial de emociones del que fuimos testigos junto a cientos de aficionados que hambrientos de tauromaquia asistieron al recinto del oriente de Morelia. En los días previos se olía a toro, a fiesta y a triunfo, la cosecha de lo sembrado no dejo dudas de que se va caminando firme y a buen puerto.
El Palacio del Arte fue testigo de las emociones que se fundieron a raudales ante el manjar taurino con el que terminó la temporada de cinco festejos, un serial que dejó el sabor de querer más, más de esto, de esto que estuvo impregnado de respeto con el toque hoy necesario de lo novedoso, que ha sido tan bien recibido que pareciera que siempre estuvo ahí.Pasadas las ocho de la noche sonó el cielo andaluz ante una agradabilísima entrada en el coso, todos los actuantes impecablemente vestidos para la ocasión y los astados en general bravos y colaboradores.
El siempre pundonoroso matador uruapense Francisco Doddoli abrió plaza ante “doctor” de 390 kilos, un novillo con el que estuvo voluntarioso y dispuesto, sin embargo el primero de la noche no fue su cómplice. Al final pinchazo hondo para emotivos aplausos que sin recelo se desgranaron del emocionado tendido.
El segundo espada fue “El poeta del Percal” Teodoro Gómez, que se midió ante “empresario” con 345 kilos sobre sus lomos. Laceó a la verónica haciéndonos recordar viejas tardes de toros. Con la franela se dejó ver puesto entendiendo bien la lidia del segundo de la función, fácil no ha sido el trasteo del torero artista que hoy mostró que de poder, aún se acuerda. Destellos de su arte y una bella serie de molinetes. Al final espadazo certero y una oreja.
Arturo Gilio sigue en romance con esta plaza, desde que se abrió de capa, el respetable, que le recuerda con cariño, coreó todo lo hecho por el espada lagunero. Bien de capa en Verónicas y ceñidas chicuelinas con “bibliófilo” de 363 kilos.En el último tercio se encontró con un bravo y emotivo ejemplar de “Colomé” que le permitió correr la mano largo por ambos perfiles en faena emotiva y alegre. Al final estocada certera para dos orejas que paseo ante el jubiló del respetable acompañado del ganadero Sergio Lomelí.
Bravo, muy bravo, así podría definir la actitud de matador Juan Chávez, que desatado ha saltado al albero del Palacio de Arte como si de él dependiera salvar la noche ante lo hecho por su antecesor de cartel. “Apoderado” se llamó el que le correspondió en suerte y con el que ha dejado lances a la Verónica bien rematadas para luego de varas quitar por ajustadas gaoneras.Con la franela dejo una sentida, emotiva y variada faena. Entendiendo el gran recorrido de su enemigo al que le corrió la mano largo y a plenitud con inspirados detalles por derecha y oportunos desplantes. Desbordado en actitud mostró que está muy puesto y dispuesto. Al final estocada para dos merecidas orejas.
Un dicho taurino dice “no hay quinto malo” y ayer se cumplió, saltó a la arena “visionario” que cargaba 390 sobre lomos y que correspondió en suerte al esteta moreliano Pepe López. Con capote fue discreto pero con la muleta nos regaló lo más artístico de la noche ante un novillo al que había que llevarlo entre alfileres, el torero lo entendió pronto y mostró su sitio y conocimiento dejando trazos largos, sentidos y templados. La faena tuvo momentos de gran altura y fue por mucho para paladares selectos, el trasteo fue artista y meramente derechista, pero, debo acotar, que hubo dos naturales que de tan lentos y largos… aún no terminan. Al final se entregó en la estocada y dos orejas.
No debería ser sorpresa pero debo decir que lo fue, si una sorpresa muy agradable el matador Rodolfo Chávez que, con “buen amigo” de 438 kilos, las cosas le rodaron bien desde que se abrió de capa. Lanceó a la Verónica rematando con la media y la revolera como prólogo de una actuación sumamente digna.Con la muleta anduvo bien, en torero, debo decir, pues se vio convincente como si el tiempo no hubiera pasado jamás, gustó y se gustó al correr seriamente la mano por ambos perfiles dejando momentos de gran calidad. Destacó una serie por naturales de magnifica ejecución. Al final cerró con certero espadazo para dos merecidas orejas. Suerte para toros.