Gran tarde de homenaje a Octavio Castro «El Santanero» se vivió el sábado pasado.
Por Marco Tovar. Fotos Edna López /Marco Tovar.
El sábado pasado se llevó a cabo en la ciudad de Morelia un homenaje al Maestro Octavio Castro Cuna, en donde hubo convivencia y toros, el festejo se dio en el cortijo “La Maestranza” a donde acudieron amigos y familiares del “Santanero”.
Después del paseíllo los toreros y alumnos de la Academia Taurina Municipal en la que el “Santanero” es el director, le entregaron un reconocimiento, mientras que los oradores: Alberto Castro y Oscar Tapia narraban a los asistentes la semblanza de la vida taurina del maestro Octavio.
El festival dio inicio con la actuación de los niños becerristas, Leonardo, David y Diego Medina, alumnos del festejado, a quienes correspondió una becerra la que desgraciadamente acusó debilidad lo que no impidió que los chiquillos mostraran sus cualidades, afición y ganas de ser toreros.
En la parte seria, se lidiaron reses de Gonzalo Vega, de los seis lidiados tres fueros buenos y se prestaron al triunfo, sobresaliendo el lidiado en último turno que fue bravo, alegre y emotivo.
Pepe López. Abrió plaza ante un buen novillo al que aprovechó realizando entusiasta faena. Lucido con el capote. Con la muleta realizó una faena variada, limpia y pausada ejecutando pases con temple y dimensión por ambos lados e intercalando adornos, labor que le fue reconocida por el respetable. Al finalizar su actuación, fue premiado con dos orejas.
Alfonso Hernández » El Pali » cosechó ovaciones al torear de capa. Con la muleta ligó buenas series de pases tanto de derecha como al natural en las que hubo calidad y buen gusto al aprovechar las magníficas condiciones del toro. Al terminar, su labor fue premiada con una oreja.
Emiliano Villafuerte, » El Moso «. Apechugó con un astado que desde su salida fue duro y con genio, al que Emiliano lidió con inteligencia dándole la lidia adecuada a las condiciones de la res hasta someterla, para después lograr meritorios pases con ambas manos imponiéndose a base de exposición y valor, lo que le valió ser premiado con dos orejas.
Luis M. Pérez » El Canelo «. Le correspondió en suerte un novillo inválido al que no se pudo hacer nada con la capa. Con la muleta » El Canelo » se esforzó por arrancarle muletazos al torito logrando algunos meritorios pases a base de aguantar y consentir al enemigo. Al final fue ovacionado.
Rodolfo Chávez » El Chato «. Por las cosas del sorteo, le tocó en el papelito hacerse cargo de lidiar un novillo muy débil al que había que tratar con mucha suavidad para evitar que rodara por la arena, cosa que » El Chato » entendió para con mucho mimo ajustarse en pases a media altura y muy despacito gustándose y gustando su quehacer. Finalizada su comparecencia invitó a la ganadera, Sra. Viuda de Gónzalo Vega a dar merecida vuelta al ruedo entre los aplausos de la concurrencia.
Antonio Sáyago. Cerró plaza, este jóven prospecto a quien tocó en suerte el toro más hecho, bravísimo, alegre y con gran calidad de embestida que puso a prueba la afición y ganas de ser torero de este chamaco. Con sus limitaciones técnicas para poder con un toro de esas características, le puso valor al asunto logrando buenas series de muletazos en los que se ajustó y se quedó muy quieto asimilando las tres fuertes maromas que le propinó la res, levantándose sin mirarse la ropa y buscando la cara del toro para seguir en la brega y merecer el reconocimiento de los asistentes quienes lo premiaron con dos apéndices que paseó triunfal en compañía de la Sra. Ganadera, sus alternantes y con el maestro Octavio Castro.