Festejo en el Cortijo la Salud para que todos torearan
Luis Castro.
Este sábado 3 de diciembre se dio otro festejo taurino en el Cortijo La Salud de Morelia con la peculiaridad de que no hubo prácticamente un cartel formal, sino que pudieron torear todos los que quisieron, principalmente los chamacos que quieren ser toreros, claro, todo bajo cierto orden.
Salió por delante Octavio de la Vega, de Querétaro, con una ternera de Rodrigo Tapia Sucesores cuya principal cualidad fue su bravura, bravura de la buena, de esa que hasta en la mirada se les ve, mirada fiera, cara de enojada, que nunca buscó huir, siempre atenta al lidiador, no de esos tontorrones a que nos tienen acostumbrados los ganaderos actuales y que son los que suelen indultar ahora por inofensivos.
Y vale la pena mencionar que varios novillos, becerros y becerras que se han lidiado últimamente de esta ganadería en estos festejos, principalmente para los niños toreros de Morelia, han salido extraordinarios y con esa bravura que debiera caracterizar al toro de lidia. En Indaparapeo salió un novillo que embestía una y otra vez de largo y con mucha alegría. En Quiroga otro novillo dio la lidia que sueñan los toreros, que se iba hasta allá, que al revolverse se paraba solo y que a la primera vez que le hablaban acometía de inmediato, cualidad que deja estar totalmente a gusto al torero porque se puede colocar y acomodar para cada pase sin apremios. En una tienta reciente Hilda Tenorio toreó una becerra con características semejantes. Y así varios recientes más. No hay que perder de vista a esta ganadería de Rodrigo Tapia Sucesores cuyos destinos dirige la licenciada Ana Vizcaíno Tapia porque ahí parece haber una línea o un encaste interesante. Al tiempo.
Y bueno, también tuvieron oportunidad de pegar sus tandas los becerristas Antonio Mendoza, Isaac Fonseca, Carlos Mauricio Medina «El Popo», el novillero Bruno Velez que mató una vaca vieja y algunos exnovilleros ya retirados. En total se lidiaron cinco animales, los otros de San Maximiano. Y todo esto amenizado por la voz privilegiada de María de las Mercedes que acompañada de un mariachi le puso el tono alegre con varios huapangos.