Por: Juan Luna «El Espontáneo»/ Fotos: Salomón Martínez.

Con más de tres cuartos de entrada y un clima gélido y pasado por agua desde el segundo toro, se dio en León la tradicional corrida guadalupana, estando colgados en el cartel las jóvenes figuras Octavio García “El Payo”, Diego Silveti y el fenómeno peruano Andrés Roca Rey, quienes lidiaron un bien presentado encierro de Begoña, aunque muy desigual de comportamiento, el triunfador fue el torero andino, tras realizar 2 faenas enjundiosas y con mucho arte y técnica, cortando una oreja de su primero y las 2 del toro de regalo, debido a que su segundo se paró muy pronto y tenía “arañas en las tripas”, al final la gente, que toda la tarde estuvo de su lado y coreándole todo lo sacó en hombros hasta su camioneta.

Por su parte “El Payo”, que salió con ganas de agradar, se topó con su primer toro, que no tenía ni un pase, lo intentó el torero, pero mejor cortó por lo sano. Con su segundo quiso decir “aquí estoy” y fue bordando una faena tesonera, pero algo “eléctrica”, como si se le fuera a ir el camión, pero caló en el público y tras una estocada le dieron una oreja, con la que recorrió el anillo triunfal.

El torero de la tierra Diego Silveti, desde su primer toro salió con ganas de triunfar, prestándose el burel y con él hizo una faena con mucho arte y asentamiento, poco a poco fue calando en su gente y arrancó el grito consagratorio de torero torero, para su mala fortuna pinchó y luego dejó una estocada, siendo premiado con una oreja. Y con su segundo, poco pudo hacer porque el animalote era soso y pasaba, pero sin celo y Diego lo trapeó por todo el ruedo, luego se puso pesado con la espada y la gente se desencantó.