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Miércoles, 20 de abril de 2016| Por Lic. Luis Uriel Soto Pérez

Fotos: Toreros Michoacanos, Morelia Antigua.

Agradezco al portal taurino Toro Arte Michoacán y a su directora Srta. Edna López poder exponer un par de argumentos que podrían enriquecer el panorama de la fiesta brava en Morelia.

Comenzare citando un párrafo del libro El Toreo en Morelia, hechos y circunstancias: “Para 1775, en Valladolid (de Michoacán), las fiestas de día de muertos duraron tres semanas de toros y doce de comedias. Si bien las corridas se realizaban a la par de las festividades y momentos de alegría, se estaba sembrando el antecedente de las actuales temporadas…”. Agregando: “En el año de 1776 se presentaron los pregones correspondientes para las fiestas de toros y comedias de noviembre; de igual manera, se convocó a la sociedad vallisoletana tres meses antes para que decidiesen participar en los festejos taurinos, que se dividirían en ocho días de corridas de toros y seis de comedias…”. “Transcurriría el año de 1777 y, como era costumbre, en el mes de septiembre se hicieron los preparativos para el 2 de noviembre”.

Con todo lo anterior, es visible que esta tradición adoptada y hecha propia por la población de Valladolid de Michoacán data por más de 240 años celebrándose la clásica corrida de toros del 2 de noviembre.

Si bien, prohibiciones y manifestaciones en contra de la fiesta brava han estado presentes en el mundo, y en particular en nuestro país no han ingerido lo suficiente para su desaparición. Para finales del siglo XVIII se manifestó con fuerza la idea de prohibir las corridas de toros por las autoridades virreinales de la Nueva España, pero ni así se pudo detener la presentación de la fiesta brava. Para 1802 se realizaron dos corridas con el fin de reunir fondos para la reparación de caminos y puentes.

Durante el periodo de la Republica encabezada por el presidente Benito Juárez, la corrida de toros fue prohibido de nueva cuenta, pero ni ello detuvo que se siguieran realizando corridas de toros en Morelia. Un ejemplo de ello, fue en 1868 cuando el ayuntamiento de Morelia concedió permiso al empresario taurino para dar corridas del 15 de septiembre al 15 de noviembre.

La oposición a las corridas de toros se agudizo en 1888, cuando el Congreso del Estado de Michoacán redacto una prohibición sobre esta tradición. En estas fechas, si podemos ver una disminución plena en la presentación de este espectáculo.

Será hasta 1893, gracias al gobernador Aristeo Mercado, cuando se retoman y con más fuerza que nunca la fiesta brava. Y esto mejora, más aun, ya que Ponciano Díaz, el torero más famoso del siglo XIX y principios del XX, dio una serie de corridas de toros, sin faltar en la ya tradicional corrida de noviembre.

Para 1917, durante el gobierno de Venustiano Carranza se prohibió de nueva cuenta las corridas de toros, pero ni así se dejaron de celebrar en Morelia ya que los impuestos recabados por tales diversiones servían para el mantenimiento de las ciudades y gran parte de las ganancias se utilizaban para los múltiples ejércitos revolucionarios.

“Durante el siglo XX, la tauromaquia moreliana se consolido y surgieron grandes figuras del toreo. Atrás quedo la antigua forma de lidiar. Empresarios, toros, toreros y cosos taurinos evolucionaron…”. Por su parte, “los reglamentos y las prohibiciones en México se aplicaron a conveniencia y se modificaron de acuerdo con diferentes intereses”.