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Por Juan Luna. Fotos Juan Luna.

Pese a que Hermoso de Mendoza se fue de vacío y Silveti cortó una oreja

¡AMBIENTAZO EN LA CORRIDA SALMANTINA!

Con un lleno en la plaza portátil instalada en  la feria salmantina se dio la ya tradicional corrida histórica estando en el cartel mano a mano Pablo Hermoso de Mendoza y el torero irapuatense Diego Silveti, pero ocurrió lo que rezan 2 dichos mexicanos; corrida de expectación corrida de decepción y el gozo se fue al pozo. Y es que a la hora buena los toros fallaron, en el caso de Silveti, los 3 se lastimaron las patas y manitas y anduvieron por el suelo, y Pablo falló con el rejón de muerte perdiendo al menos 2 orejas, al final solamente al torero paisano le dieron un apéndice.

                           LA GENTE LLENÓ LA PLAZA Y AGUANTÓ TODO

Los aficionados salmantinos junto con otros de ciudades vecinas a Salamanca, acudieron al llamado que hicieron empresa y toreros para agotar el boletaje llenándose la plaza portátil que se instaló dentro de la feria, esperanzados en poder disfrutar del arte que atesoran tanto el rejoneador número uno como el torero guanajuatense, pero a medida que iban saliendo los toros al ruedo poco a poco se fueron decepcionando. Y aún así aguantaron todo, animándolos toda la tarde. Antes del festejo durante el mismo, el ambiente fue de primera, hubo bailables folklóricos, una banda y un mariachi en los tendidos que hicieron la delicia de todos.

Pablo comenzó la contienda enfrentando a su primer toro, que de salida parecía el mismo demonio, pero al poco tiempo se quedó parado y pese a que el diestro le ponía las ancas de su caballo en los belfos ni así arrancaba. Muy por encima de su enemigo estuvo Hermoso y prácticamente tuvo qué echarse encima para poder clavar los rejones, banderillas y banderillas cortas. Con el rejón estuvo mal y lo despidieron con palmas. Con su segundo pasó casi una copia del primero, aunque este toro tuvo algunas arrancadas más y volvió a mostrar el torero a caballo su experiencia, arrancando fuertes ovaciones, pero de nuevo con el rejón estuvo fallo. Y con el tercero suyo parecía que las cosas mejoraban, pues al menos tuvo celo en los caballos y las suertes lucieron mucho, además que con los acordes del mariachi, la gente ya estaba volcada con Pablo y él inspirando, pero a la hora de matar una vez más volvió a fallar y por lo menos 2 orejas se le fueron y todo quedó en fuertes ovaciones.

                      DIEGO TRAÍA LA SUERTE VOLTEADA CON LOS TOROS

Sin embargo la mayoría de la gente que llenó la plaza fue con la intención de apoyar incondicionalmente a su torero y paisano Diego Silveti, por eso cuando le tocaba turno al unísono le gritaban “Vamos Diego”, pero apenas salir su primero de un capotazo que pegó el subalterno, se cayó y cuando se levantó ya tenía la pata izquierda rota y todo se vino abajo, pues aunque Diego intentó torearlo a media altura fue imposible, dado que se la pasó en el suelo el burel y para colmo se agravó la fractura que tenía. Las esperanzas seguían para que Silveti pudiera darle a su gente la tarde soñada, pero salió el segundo un castaño bonito y bien hecho, pero también éste se lastimó la manita izquierda y cayó varias veces, por lo que el torero lo anduvo cuidando y cuando parecía que se había repuesto ya con la muleta, cayó y fue casi imposible levantarlo, tomando el diestro la espada para despacharlo ante la desesperación del público. Y con el sexto un cárdeno que tuvo mejor salida y gas, las cosas al menos se compusieron y Diego pudo hacerle una faena emocionante y con pasajes muy toreros llenos de arte, ya era casi de noche pero la gente quería verlo triunfar y al son de los mariachis le corearon la faena, pese a que también este toro se lastimó la manita izquierda, pero menos que sus hermanos y aguantó más tiempo parado. Lo malo vino con la espada, pues pinchó y fue hasta el segundo viaje que dejó la entera, por lo que la gente exigió pañuelo en mano la oreja y lo vitoreó en la vuelta al ruedo.