Fotos: Jessika Kuhn

Por: Carlos Espinal

Maravilloso e imborrable capítulo del toreo cumple tres décadas este 7 de noviembre, cuya gesta fue protagonizada en 1982 por los llamados “nuevos tres mosqueteros” de la época, los entonces novilleros Manolo Mejía, Valente Arellano (q.e.p.d) y Ernesto Belmont, quienes dieron la bienvenida a la Plaza México a la ganadería tlaxcalteca de Don Carlos González, en una tarde para los anales de la Monumental, pues fue apoteósica debido a la gran competencia que existía entre la tercia que demostró esa auténtica ambición que en la actualidad poco se ve entre los que quieren ser toreros.

El encierro en su conjunto resultó extraordinario, del que destacó “Pelotero”, al que la tercia le pegó siete quites (de los que se recuerdan Fregolinas, Gaoneras, Quite de Oro y Tafalleras) antes de que Valente le cortara el rabo, lo cual fue literal toda vez que como anécdota se recuerda que por error u omisión, sólo se le entregó éste sin los auriculares.

El hecho que marcó el festejo para la leyenda, fue el tercio de banderillas que los alternantes vivieron con “Sevillano”, al cual después de que Belmont invitara a banderillar a Mejía y Arellano, todos con gran éxito, al dar la vuelta al redondel a recoger las cerradas ovaciones que les ofrendaron los diletantes, Belmont tuvo que torearlo con un sombrero de charro que cayó del tendido, propiedad de Jesús “El Teniente” Ferrer, en virtud de que el astado les había embestido con extrema bravura, quedando para el recuerdo una de las escenas más toreras vividas en la catedral del toreo azteca, la cual fue inmortalizada al óleo por el pintor Antonio Navarrete.

Actualmente la gandería de  Felipe González, está ubicada en el rancho Tenopala del municipio tlaxcalteca de Mena, siendo sus propietarios doña Evelia Chapa viuda de González y sus hijos Carlos y Patricia, la cual ostenta su divisa color morado, rojo y amarillo, misma que sigue lidiando con éxito y bravura en diferentes partes del país. En cuanto a los alternantes, bien sabido es el trágico final de Valente que nos privó de una figura del toreo, la gran carrera de Belmont con casi medio millar de festejos toreados y su actual conexión con la fiesta brava como apoderado de toreros, comentarista taurino en medios y vicepresidente de la Asociación Civil «Formafición» y la excelente carrera por los ruedos de Mejía, cuyo círculo se cerrará el próximo 9 de diciembre en el coso de insurgentes cuando se corte el añadido.